Unos versos, para nada blancos, en este domingo de borrasca

logoUn inesperado fin se semana, donde la protagonista se llama Filomena, y que nos ha ‘regalado’ un manto blanco que ha sido la alegría de muchos y la tristeza de otros tantos, sin necesidad de desplazarnos más allá de la puerta de nuestras casas. Hace unos días leíamos y veíamos noticias que tenían que ver con la irresponsabilidad de algunos y algunas, en cuanto al acceso a la sierra madrileña, para disfrutar de la nieve y en particular con atuendo inapropiado, en el peor de los casos.

Pues bien, para evitar males mayores, la nieve ha venido a nuestro encuentro, para gozo y disfrute de pequeños y grandes. Creo que muy pocos hemos sido los que nos hemos podido resistir a salir a pisar la nieve, a hacer muñecos, a tirarnos bolas de nieve, a deslizarnos por improvisadas pistas con todo tipo de artilugios más o menos útiles o pintorescos; y todo ello, como hacía muchos años no se disfrutaba, al menos por estas latitudes, siendo esta la cara amable de esta situación.

No puedo ni quiero olvidarme de aquellas personas que se han visto afectadas de forma negativa; siempre la cruz como la otra cara de esa moneda con la que siempre parece que juega el destino. Familias aisladas dentro de sus vehículos, cuando volvían a sus hogares; personas que regresaban o se trasladaban a sus trabajos; personal sanitario o de trabajos esenciales que no podían ser relevados… Para todos ellos mi solidaridad y comprensión, como no podía ser de otra manera.

.

Si te apetece puedes escuchar el poema

.

Dice el refranero español

que: “Año de nieves…”

¿Año de bienes?

Me pregunto ojiplático esta mañana

cuando desde mi ventana de invierno

solo se divisa un extenso manto blanco

en el que solitarias farolas y semáforos tricolor

intentan delimitar a duras penas

el discurrir de una calzada de negro asfalto

oculto tan copiosa y cálida nevada.

 

No es la intención de estos versos

enumerar la cruz de esta “Filomena”

que no es una borrasca cualquiera,

al menos por lo que en estos parajes se refiere,

sino el comprobar y compartir su cara

por fría que se nos pudiera antojar.

 

No ha hecho falta subir a las montañas

cercanas a esta Capital como en anteriores fechas

en las que la sinrazón y la poca sesera

de algunos y también de algunas

les ha conducido al asalto de esas blancas cumbres

pertrechados con calzado y ropas poco adecuadas

para semejante e irracional empresa

olvidándose como si ya hubiera partido

o hubiera quedado congelada

por estos inesperados fríos

esta pandemia que aún nos asola y nos golpea.

Sí, aún sigue entre nosotros

aunque no podamos verla, ni oírla, ni olerla,

sin intención alguna de marcharse

y a lo que le estamos poniendo poco empeño.

 

Familias enteras hemos invadido

calles y aceras y parques y jardines

como si no hubiera un mañana

a disfrutar como auténticos infantes

de semejante regalo de la Naturaleza;

esa que nos manifiesta muchas veces

su cansancio y su hastío y su hartazgo

por nuestro hacer y no hacer como si nada sucediera;

esa que nos recuerda que estamos de paso

mientras nos creemos dueños de lo que solo es prestado.

 

Bienvenidas sean las risas y la algarabía

de pequeños y grandes deslizándose

por inesperadas pistas de recreo

con esos improvisados trineos multicolores

de formas y materiales diversos;

algarabías y risas creando estáticos muñecos blancos

y rechonchos de diferentes alturas y tamaños

con esos brazos que abrazan sin contemplar distancia;

divertidas estrategias y astucias planificando

guerras sin enemigo a la vista

en el que alcanzar el objetivo marcado

con blancos proyectiles sin detonador alguno

es un buen motivo de goce y disfrute

más del que lanza que del que lo recibe.

 

Despedido ya de aquella forma

el veinte veinte

y recibido de esta manera

el veinte veintiuno

podremos decir que: “¿Año de nieves…

Año de bienes?»

.

:)

.

2 comentarios:

  1. Claro que sí. Este veinte veintiuno ( como tu escribes) va a darnos muchas buenas sorpresas.

    Recuerdo cuando yo todavía era una «chavala», yo y la pandilla nos fuimos ( en pleno invierno) de excursión a Navacerrada. Yo y la mayoría nos compramos unas botas de Pres- Sky , a excepción de Menchu que fue a la excursión 𝗽𝗲𝗿𝘁𝗿𝗲𝗰𝗵𝗮𝗱𝗮 con minifalda, medias y, zapatos de tacón. 𝗣𝗮𝘀𝗮𝗺𝗼𝘀 𝘂𝗻 𝗳𝗿𝗶𝗼 𝗶𝗻𝗱𝗲𝗰𝗶𝗯𝗹𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗹𝗼 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲. 𝗙𝗶𝗹𝗼𝗺𝗲𝗻𝗮 𝗺𝗲 𝗵𝗮 𝗵𝗲𝗰𝗵𝗼 𝗿𝗲𝗰𝗼𝗿𝗱𝗮𝗿 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼𝘀.
    Un abrazo💚✔😏

    • Txema Contreras

      Creo que pasábamos frío, mucho frío, pero los recuerdos son maravillosos, y esta nevada me los ha traído.
      Besos

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