A veces es difícil, muy difícil, distinguir entre un sueño y la realidad; entre estar despierto y soñar, o entre estar dormido y soñar; entre desertar de un sueño de vida, o despertar de una vida soñada. ¿Sueño porque vivo o vivo porque sueño? A veces me pregunto; a veces me respondo; a veces encuentro preguntas entre versos; a veces, muchas veces, encuentro respuestas entre versos y silencios. La poesía habita entre nosotros y en cualquier tiempo y lugar. La poesía florece en los lugares más insospechados. La poesía palpita siempre que halla un corazón que tenga vida, o una mirada que mire, o un camino falto por recorrer.
Os invito a encontraros con la poesía, pero despacio, muy despacio, degustando cada verso como un sommelier hace con un vino que está por descubrir, identificando fragancia, paladar y maduración. Deja que tu mirada recorra cada verso; deja que tus labios pronuncien cada palabra de cada verso, y escucha como suena tu voz hecha poema; escucha lo que el poeta ha escrito para ti, para que tú lo encuentres y descubras lo que sintió al escribirlo. Terminado el poema, y si te apetece, busca otro. Terminado el poema, y si no te apetece, cierra el libro, pero guárdalo cerca de ti, quizá en otro momento un poema te susurre de entre sus páginas para que lo hagas tuyo. Yo soñé un poema, o quizá el poema soñó conmigo. Aún no tengo la respuesta, pero tengo un poema que comparto contigo.
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Si te apetece puedes escuchar el poema
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Aún no sé
si soñaba despierto
o dormido soñaba
cuando abrí mis ojos,
dentro del sueño dormido
o dentro del despierto sueño
la hoja en blanco había desaparecido
rellenando sus agudos silencios
de azules trazos empeñados en hablar.
Aún no sé
si soñaba dormido
o despierto soñaba
cuando abrí mis ojos
y observé cómo mis solitarias manos
regresaban a un papel que en otro tiempo
se me antojaba inmaculadamente blanco,
y entre el papel y mis manos
y entre mis manos y el papel
una plateada pluma estilográfica
retenía en su punta una gota de tinta azul,
me pareció una lágrima.
Aún no sé
si dormido dormía
o si soñando soñaba
cuando abrí mis ojos
y dejé que mi mirada reconociera
cada trazo azul
cada sinuosa curva
cada sugerente recta
cada interrogante cruce de trazos
y leyera en mi entrecerrar de labios
y leyera en este entreabrir de mi corazón
un verso y después otro,
una estrofa y después otra,
un poema y después…,
después quizá escriba otro poema
y después entre silencios y versos
otro más, soñando que dormía
o despertando de un sueño
que este amanecer soñé despierto.
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