Preséntame, por favor, a alguna musa que me inspire un poema

logoHan sido muchos l@s poetas que a lo largo de los años y de los siglos han escrito composiciones «pidiendo» la inspiración perdida. Creo que es un buen recurso. Por supuesto que no pretendo compararme con ningun@ de ell@s. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Pero sí confieso haberlo utilizado en alguna ocasión, a la que deberé sumar el poema de este domingo. Con su lectura o escuchando el poema, se puede adivinar un guiño que hago a un cantautor, a un poeta excelente al que le «abandonaron» las musas, o pensó que «andarán de vacaciones». Es bueno, para cualquier creador, cuando no está inspirado, tener a alguien a quien echarle la culpa, y qué mejor que a unas musas. Que yo sepa nunca se han quejado. O tal vez sí, pero no nos hemos enterado.

Mediado el mes de septiembre quiero compartir esta composición. Un poeta quiere escribir unos versos, a «su amor», pero pretende culpar a las musas de que no «le sale» el poema. Pudiera ser que no estuviera «tan» enamorado para que su amada le inspirase. Quizá, ella, dejó de ser su inspiración porque lo que había entre ellos dejó de palpitar. Quién sabe. No le echemos la culpa a las musas de «todo lo que pasa» y alimentemos cada día nuestros sentimientos hacia la persona amada. Si es nuestra inspiración cuidemos de que no deje de serlo. La vida no es fácil, eso ya lo sabíamos ¿verdad? Guarda y conserva lo más preciado. El amor. El amor es generosidad, no deberíamos olvidarlo.

Continuar leyendo