Soñar, lo imposible soñar con cada verso

logoCon qué fuerza se levanta uno después de la penúltima caída (seguro que habrá más por el camino). Cuánto debo agradecer a la vida por las enseñanzas que en cada nuevo día me muestra, y así permanecer en el camino elegido. Para no distraerme con espejismos; para no perseguir vacíos cantos de sirenas; para aprender a escuchar y escucharme. No hagamos caso de los discursos huecos, que tanto proliferan, especialmente de un tiempo a esta parte. Siempre van a estar ahí, dando la matraca.

Nunca he querido ser Peter Pan; siempre quise crecer. En ocasiones, confieso, que lo quise hacer demasiado rápido. Sin embargo, la vida te enseña que tenemos tiempo para hacer muchas cosas, buenas y menos buenos, todo dependiendo del camino que, en cada momento, decidamos tomar. Decidí crecer, pero me puse una condición. Una única condición, a sabiendas de que el que creciera era cuestión de la Naturaleza, y ahí poco tenía yo que hacer.

Y la condición que me impuse fue, la de no apartar de mi lado al niño que fui y poder seguir sus sueños. No ha sido fácil; incluso en algún momento creí haberlo perdido. Es lo que suele suceder cuando crecemos, porque nos dedicamos más a cosas de adultos, que es lo verdaderamente importante ¿Importante? Qué ignorante. Qué equivocado estaba. La vida es la consecución de nuestros sueños, quizá truncados por decisiones inapropiadas, pero nunca equivocadas. Soy, sencillamente, aquel niño que jugaba entre bambalinas, soñando con ser mayor.

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Si te apetece puedes escuchar el poema

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Me aseguraron aquellos que nunca

creyeron en los sueños

o que dejaron de soñar

cuando el desencanto les abrazó

para acompañar su anodina vida

que es imposible alcanzar la luna

que es imposible tocar las estrellas

ni tan siquiera con la yema de los dedos

por muy alta que sea la escala

que es imposible mirar el sol cada día

sin abrasar por siempre tu mirada.

 

Estuve a punto de creerles

estuve a punto de renunciar

a lo que llaman imposibles

estuve a punto de dejar de soñar

con lo que siempre había soñado

y despertar hacia una vida en gris,

monótona y sin sentido

sin camino por recorrer

sin camino

sin…

Ellos nunca vieron girasoles.

 

Descalcé mis pies

y dejé que me guiaran

hasta el lago de tonos

azules y verde esmeralda

en el que las ramas de los sauces

acarician sus cristalinas aguas

las cálidas noches de primavera

cuando la blanca luna baja a mirar

su cara oculta en tan plácido lecho

mientras las estrellas iluminan

con su suave titilar el encuentro.

 

Y allí pude encontrarla a mi vera

y acariciar la belleza de su rostro otrora oculto

comprobando la belleza de su mirada,

acariciar las estrellas con la punta de mis dedos

sin necesidad de escala alguna

haciendo sus estelas fugaces

a las que pedirles un deseo.

 

Deseo…

regresar cada noche de primavera

a este lago para mirar el mirar de mi luna

y besar con mis labios cada estrella

mientras la suave brisa y mi fortuna

me regalan de las flores su fragancia.

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😉

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3 comentarios:

  1. Y tú no sabes cuanto me alegro, de ello. Conservar nuestra niñez en ese íntimo rinconcito secreto, ya es un triunfo. Sin fechas ni calendario . Por cierto el poema es precioso. Un abrazo Amigo.💚😊✔

    • Gracias.
      No sería quien soy, si aquel niño no hubiera soñado todo lo que soñó, y si no hubiera alcanzado alguno de sus sueñoos, sin importarle que algunos se quedaran por el camino. No importó. Se prometió seguir soñando siempre.
      Besos, mi querida Amiga

  2. Interesante post, así da gusto leer, fluido y muy legible,
    gracias por tu aporte admin

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