Hace doce años nació un poema, aún escribo sus versos

logoHace doce años que llegó a mi vida, y todo cambió, de nuevo. No cabría en un poema, ni en cientos de poemas, ni en miles de poemarios, todo lo que me hizo sentir su llegada y estos años que compartimos. Como todo aquello que pertenece a la Naturaleza, está sujeto a ciclos; y la vida no es menos. Ciclos vitales que nos enseñan lo sencillamente complicado y lo complicadamente sencillo que es vivir cada día. Pasamos de días nublados a despejados días; pasamos de primaveras a otoños, dejando entremedias veranos e inviernos.

La vida pasa y va dejando huella de cada instante. Seremos nosotros, más tarde, los que tengamos la oportunidad de recuperar esos momentos. Solo si queremos; solo si nos apetece; solo si nos hace crecer; solo si nos reconfortan; solo si nos hacen felices. No tengo duda en que llegamos a la vida para ser felices. Aquello que nos decían de pequeños (por lo menos a algunas generaciones), de que venimos a este valle de lágrimas a sufrir, estaban equivocados. O lo que es peor, a sabiendas de que eso no era cierto, pretendían convencernos de ello.

Agradezco a la vida, en este día y en cada uno de los amaneceres, que me haya concedido la dicha de ser padre, una vez más, de una niña. Una mujer que, espero, pueda vivir y crecer en libertad. Que sea feliz. Que mire de frente a la vida y busque su camino. Que no le importe caer una y otra vez, siempre que tenga fuerzas para volver a levantarse y seguir avanzando. Que no olvide que la felicidad está en los pequeños detalles. Que la Amistad es un valioso regalo que vale la pena conservar. Y que recuerde que, incluso antes de su llegada, la amaba; y que cuando se cruzaron nuestras miradas supe, sin lugar a dudas, que me ayudaría a ser mejor persona.

.

Si te apetece puedes escuchar el poema

.

¿Cuántos momentos únicos y mágicos

atesoran doce años de vida?

–me preguntó el silencio–.

 

¿Y por qué me lo preguntas

precisamente hoy

si nunca antes me lo has preguntado?

¿Qué interés tendrías ahora en escucharlo?

 

Sabes perfectamente la razón

y si repasas tu vida comprobarás

que hacerlo antes no hubiera tenido sentido.

 

Pensé que hablabas de mí;

disculpa por tanto mi error.

 

Disculpado quedas.

¿Y bien?

 

Cada amanecer ha sido un regalo,

y si vuelvo la vista atrás

me veo con ella entre mis brazos

observado cómo duerme,

cómo respira,

cómo empieza a beberse la vida

a sorbitos pequeños,

insignificantes,

apenas imperceptibles,

pero con decisión.

 

Sus primeros pasos, su primera sonrisa,

su primera mirada, su primera palabra…,

tantas primeras veces de todo

que hacen de su caminar por la vida

un instante tras otro, único e irrepetible.

 

Y hoy, doce años después,

compruebo con regocijo que aún cabe

entre estos brazos que la recibieron

aquella madrugada de diciembre,

y no tengo duda alguna de que siempre

habrá un hueco entre ellos donde cobijarse

si fuera hiciera frío.

 

Cuántos momentos únicos y mágicos

atesoran doce años de vida,

me preguntabas.

Sería imposible recogerlos en un verso

o en un poema,

o en diez mil versos

o mil poemas,

ni tan siquiera en doce años más de vida

que para contarte tuviera.

 

Pero sí puedo decirte

y terminando este poema te digo

que nada hay más mágico,

más grande,

más maravilloso,

que en tu vida aparezca

una nueva vida que saluda al mundo,

que puedas recibirla con los brazos abiertos

y que de esa forma la veas crecer,

día tras días, y noche tras noche.

 

Y el silencio guardó silencio,

y comprendió.

.

😉

.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por ese regalo que te regaló tu vida.
    Precioso.😘

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