No sé si es por el cumplir de los años, por el paso del tiempo, porque a estas alturas de la vida me gusta repasar el camino recorrido, o por todas ellas y otras tantas más, me gustaría conocerme, realmente. Me conozco bastante bien (creo), y cada vez me gusta más mostrarme como soy, dejando a un lado (en ocasiones), eso que llaman ‘políticamente correcto’, pues procuro, sin pretender hacer daño a la gente que me rodea y gente a la que quiero, decir lo que siento siempre que tengo ocasión, y parte de lo que pienso. Sin embargo me gustaría ‘desmembrar’ esa parte de mi que no se ve, pero se siente y me late dentro, para conocer su interior.
Quizá sea como cierre de un año que, también, ha resultado (está resultando) duro, el que en este último domingo de estos doce meses que tocan a su fin, me apetezca preguntarme sobre quién soy, realmente. Para mi ha sido un año con muchas más cosas positivas (buenas) que negativas (menos buenas). Aun así, opino que es bueno preguntarse sobre uno mismo. Ya lo he comentado en otras entradas, pero no está mal recordarlo: somos nuestr@s mejores amig@s. Si no nos queremos, si no nos gustamos, si no nos hablamos, si no nos toleramos, si no nos perdonamos… ¿Qué podemos esperar del resto de personas que nos rodean. ¡Feliz Navidad! ¡Felices Fiestas!