Qué importante es soñar, pues todo aquello que ha construido, hombre o mujer, previamente vivió en un sueño. Nada de lo que conocemos, tenemos o disfrutamos hubiera sido posible. Alguien soñó, en algún momento, con una “herramienta” que sirviera para escribir; o con un coche, con un vaso, con un vestido; con un puente, con una carretera, con una casa, con una historia…; absolutamente todo parte de un sueño, incluso aquello que nos podría parecer imposible.
Estoy totalmente de acuerdo con el poeta cuando dice que: «…toda la vida es sueño…». Sin embargo, permitidme que no esté de acuerdo cuando añade que: «… los sueños, sueños son…». Para mí, “los sueños, vida son”, pues vamos persiguiendo y alcanzando sueños; sí, quizá algunos se pierdan, pero nos sentiremos vivos mientras sigamos teniendo la capacidad de soñar, capacidad que no deberíamos perder nunca, pues de hacerlo, ¿que sería de la creatividad y el descubrimiento? ¿Qué sería del amor soñado, del anhelado amor con el que sueñan los amantes? Sigo soñando con Ella, si no la tengo a mi lado; sigo soñando con Ella, cuando la siento dormir en mi cama; sigo soñando con Ella, cuando de la mano caminamos por la misma senda.