Me gusta conversar. Me gusta escuchar. Creo que la palabra en cualquiera de sus lenguajes (incluso el lenguaje de signos), es imprescindible para expresar lo que sentimos. Es la mejor herramienta para unir; jamás debería utilizarse para enfrentar, y más, en este tiempo que ahora vivimos cuando las palabras, muchas veces, suenan y resuenan «huecas» e incomprensibles.
En nuestra vida tenemos muchos conocidos, pero amigos, realmente amigos, tenemos muy pocos. No voy a hacer una defensa de la amistad, creo que se defiende sola cuando es sincera (no entiendo otro tipo de amistad). Pero entre los amigos y los conocidos, hay un grupo de ‘amicidos’ (ami-cidos) con los que puedes compartir algunas cosas (muchas cosas), y que su conversación, verdaderamente, te reconforta ( por lo menos a mi).