La madrugada del 18 de agosto de 1936 muere fusilado, junto a un olivo, el poeta Federico García Lorca, apenas comenzada la Guerra Civil, al menos de forma «oficial». Muchos fueron asesinados durante esta vergüenza en la que padres, hijos y hermanos lucharon entre sí. Incluso una vez terminada esta cruel guerra se siguió asesinando, matando, violando…, por envidias, por celos, por rencores, por intereses… No deberíamos olvidar NUNCA lo que pasó, por si tuviéramos la tentación de «volver al pasado».
Los vientos que ahora corren por este lugar llamado Mundo parece que borran de nuestra memoria las infamias que no hace mucho tiempo acompañaron un presente ya vivido. NO podemos repetir la historia. NO debemos volver a cometer los mismos errores, y nos estamos acercando a una línea peligrosa sobre la que caminamos como funambulistas irresponsables y aficionados sin protección y sin red. NO se debe jugar con los sueños y con la vida de nadie.
Y para que la memoria no me traicione y me coja desprevenido. Para tener bien presente y no olvidar la crueldad de la que puede hacer gala el ser humano. Para que un día tras otro, al amanecer de la mañana, pueda dar gracias a la vida y tender mis manos hacia quien me las tiende. Para que la ‘cadena de favores’ que inconscientemente y de forma natural se inicia no se quiebre. Para todo y por todo ello dejaré que mi palabra siga su camino una vez que el latido de mi corazón le da vida.
Si te apetece puedes escuchar el poema
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Gotas de rocío perlan
esa tierra antaño removida
la luna observa silenciosa
la afrenta y la cobardía
de unos hombres que jamás lo fueron
arrebatándole como a tantos otros su vida.
Sangran caminos y cunetas rojas amapolas
en recuerdo de aquellos que cayeron
jamás acallarán sus poderosas voces
los cobardes, viles y embusteros
que apretaron el inocente gatillo
cargados de sinrazón y desprecio.
Una palada y después otra
para ocultar la mayor de las infamias
protegidos por la negra noche
al igual que lo hacen las alimañas
guardándose unos a otros y a otros
por lo que pudiera descubrirse un mañana.
Guardemos la memoria intacta
de aquellos que por la libertad vivieron
recordemos por siempre sus nombres
y las palabras que de su labios nacieron
ellos soñaron con un nuevo futuro
para todos nosotros y los nuestros
cuando sus vidas aún latían
acompañando el libre volar del viento.
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