¿Qué sería de nosotros sin la memoria; sin nuestra memoria? Han sido numerosas las entradas en este lugar de encuentro en el que escribo y verso sobre la memoria y, seguramente, habrá más entradas, pues considero la memoria de cada una y de cada uno de nosotros algo indispensable e imprescindible para conocer, no solo de dónde venimos (que en eso no hay duda), sino hacia dónde vamos (esto puede ser más discutible). Por eso entiendo, sin ningún tipo de duda o comentario, la necesidad de muchas y de muchos de reivindicar esa memoria ‘borrada’ o que se ‘pretende borrar’, sea cual sea el ámbito.
Nuestra vida es un caminar continuo por sendas y parajes, muchas veces desconocidos, y que vamos descubriendo paso a paso, huella a huella, día a día. Me gusta descubrir cada día lo que el amanecer me ofrece y tomarlo, siempre en la justa medida, sin prisa pero sin pausa. Hay que seguir camino, no tengo duda alguna, pero sí debemos buscar la ocasión, nos sintamos o no perdidos, para detenernos un instante, aunque sea tan solo un breve instante, al borde del camino y recordar. Sin reproches. Sin amarguras. Sin tristezas. No podemos desandar el camino andado, pero sí podemos aprender para seguir camino.