Esta mañana me ha venido a la memoria, aún no sé por qué razón, el título de un libro: ‘Flores entre escombros’ de la escritora y querida Amida María del Carmen Aranda (por cierto os recomiendo su lectura). Sobre la base de ese título he trenzado unos versos, que nada tienen que ver con lo novela (o de alguna forma sí), que esta mañana he querido compartir contigo. De un tiempo a esta parte hay un ruido de fondo ensordecedor que no nos permite escuchar ni tan siquiera nuestros propios pensamientos; o el latido de nuestro corazón; o el canto de las aves; o el volar de las nubes. Un ruido ensordecedor que solo pretende aturdir, desorientar y confundir, cual canto de sirenas. Demasiado tiempo, unos por otros y otros por unos. ¡Ya está bien! Me permito hacer mías las palabras de Joan Manuel Serrat en su poema ‘Vagabundear’: «Harto ya de estar harto, ya me cansé…».
Me reafirmo en que la poesía, hoy más que nunca es necesaria. Más que necesaria diría que imprescindible. La poesía es sosiego, paciencia, reflexión y conocimiento de todo aquello que nos rodea. La poesía invita a la pausa; a detener el camino, por un momento, para tomar aire y mirar dónde estamos y hacia donde caminamos, y seguir o cambiar camino. La poesía espera, pacientemente, a que decidas acercarte a ella y conocerla, solo así la amarás y amarás mucho de lo que te rodea. Aislará el ruido ensordecedor que nos impide escuchar y, sobre todo, escucharnos. Más poesía y menos ruido.