A veces el tiempo parece que corre y otras, más que correr, parece que vuela. Por supuesto que no somos dueños del tiempo, más bien pudiéramos ser sus prisioneros, pues todo (o prácticamente todo), lo sometemos al tiempo. A veces posponiendo sueños o proyectos; a veces posponiendo nuestra propia vida, dejando para otro momento, lo que (sin duda) deberíamos hacer en ese preciso instante. ¿Alguna vez has dejado de expresar, con palabras, lo que sentías por tu pareja, por tu amig@, por un familiar…? No pasemos por la vida ‘perdiendo el tiempo’. ¿Cuántos ‘teamo’, cuántos ‘tequieros’ hemos dejado de pronunciar, dejándolo para otro momento ‘más oportuno’?
Procuro expresar mis sentimientos siempre que mi corazón late en esa dirección, y más, si es a las personas más próximas o con las que convivo o comparto el día a día. He querido compartir estos versos que acompaño con vosotr@s, en los que un hombre (podía perfectamente ser una mujer), nunca encontró el momento oportuno de decir, a la persona que tenía a su lado, todo lo que la amaba; todo lo que la quería; todo lo que sentía cuando estaba a su lado. Y, ahora, cuando la vida (que da y quita, y a pesar de ello es maravillosa), le arrebata su ser amado, se da cuenta de todo lo que le quedó por decir, quizá, porque nadie le enseñó a mostrar lo que sentía, cuando era niño. Ahora es el momento, quizá no amanezca un mañana. Y si amanece, un día más para expresar lo que sentimos y dar las gracias por una nueva oportunidad.